Hoy estoy muy contenta porque he tenido una visita en casa.
En general los fines de semana me gustan mucho porque todo es más tranquilo, nos levantamos sin tanta prisa, Ana y yo salimos a un paseo algo más largo por la mañana, luego subimos para que Ana desayune, y vamos al mercado, eso me encanta porque allí nos encontramos con su familia, me encanta saludarlos a todos y siempre hay alguien que dice que mejor Ana espere la cola para comprar, que es muy larga y que ellos me llevan a mí de paseo, son 5 minutos, pero, ¡qué divertido! Incluso echo una carrerita por allí por dos calles semipeatonales sin correa, todo muy divertido.
Luego vuelvo con Ana y vuelvo a comportarme como la mejor perra del mundo, que estamos comprando, me gustan los sábados.
Los domingos cada 3 o 4 semanas con suerte hay una salida de senderismo que,, por supuesto hago sin guiar, y sin correa todo el tiempo que es posible, si en algunos tramos no es posible pues Ana me pone una correa larga y hacemos así ese tramo, a disfrutar del senderismo como la que más. Si no hay salida de senderismo pues bueno, siempre hay un rato de parque y cosas divertidas, domingo para todos.
Pero este fin de semana ha sido diferente, han venido a casa unos amigos de Ana y Jose, y traían una perrita llamada Camila, una labradora como yo pero de color chocolate.
Es muy emocionante.
Llegaron el viernes y ese día fue un poco revolución en casa jaja, pero no pasa nada, Ana recogió los juguetes que podían provocar conflictos y ya está. Tengo una pelota blandita de trapo que me encanta, yo no la rompo porque me gusta mucho, pero es muy blandita y Ana la recogió porque es ahora mi juguete favorito y para que no nos enfadásemos Camila y yo. Es que esa pelota me la regaló mi amigo Andrés, ¡es mi favorita!
Dejaron juguetes más duros, todos de marca Kong que son de una goma muy dura, y que incluso si los rompemos pues no pasa nada, así que jugamos con alegría hasta que estos humanos pesados dijeron que ya había que dormir, que de noche no se puede hacer ruido. Entre nosotras nos respetamos y compartimos juguetes babeados sin problema.
Luego nos pusieron otra camita para perros, estaba la mía, pero pusieron otra a Camila para que cada una tuviésemos nuestro lugar de descanso sin que nos generase conflicto que hubiese una sola colchoneta. Luego las camas las utilizamos alternativamente como nos daba la gana, pero lo importante es que había dos, que estaban cerquita pero no compartidas, así que muy bien para las dos, porque podíamos descansar cuando nos apeteciese sin molestar a mi amiga ni ella a mi. Ana dice que esos son detalles tontos que a veces no tenemos en cuenta y que pueden generar conflictos entre dos perros, tanto que solo haya un lugar de descanso, como que yo tenga que molestar al otro perro o el otro a mi para pasar mientras dormimos.
Luego el sábado fuimos al parque a jugar un rato donde lo pasamos genial. Estuvimos corriendo muchísimo también con Enzo, un Golden amigo que conozco de muchos días de parque con Ana, y cuyo compañero humano es muy agradable y nos mola a Ana y a mi.
Después del parque tocó trabajar un rato, fuimos a una terraza donde nos sentamos para que estos 4 chicos y chicas comiesen y bebiesen felizmente.
Total, el fin de semana ha sido muy bueno, me ha encantado jugar con Camila, hemos compartido juguetes, intercambiado camas, paseado juntas, de todo, y ha sido súper divertido y súper agradable para humanos y caninos.
Vuelve pronto, Camila
Ay!! amiga Muriel, creo que eres como yo.
Tú llamame tonto si quieres, pero si me das a elegir entre un maravilloso lunes y un jorobado viernes… pues qué quieres que te diga, yo me quedo con el viernes.
Porque como se suele decir dáme pan y llámame tonto pero el fin de semana es como agua de mayo para nuestros cuerpos y nuestras mentes.
En fin Muriel, amiga, millones de lametones para tí y algún que otro beso par tu humana, no vaya a ser que se ponga celosa de una rubia como tú!!!!