Lo que aporta un perro-guía como yo a una persona ciega.

¿sabéis una cosa? Hace 3 años, mi compañera humana, Ana, fue invitada a unas jornadas de intervenciones asistidas con animales para contar lo que un perro guía significa para una persona ciega, y la experiencia de esta convivencia. La experiencia fue muy bonita y por eso creo que igual esa es una buena forma de empezar a contaros por aquí.

 La llegada de Xona, que fue la primera guía que llegó a la vida de Ana marcó un antes y un después, hizo que Ana pasara de  Ir donde hubiese que ir a disfrutar simplemente de caminar, de pasear, a poder pensar mientras camina y no ir únicamente centrada en no tropezar. Perdió el miedo a estaciones de tren y autobuses, así como a todos los espacios abiertos, el mundo acompañada de un perro-guía pasó a ser infinitamente más fácil y accesible. Después de Xona, yo seguí compartiendo vida y trabajo con Ana.

Yo busco para ella puertas, pasos de peatones, metro, marquesinas de autobús, entiendo cuando tiene miedo o cuando está súper segura en cualquier momento y Ana entiende también cuando yo estoy bien, cuando dudo, cuando me pasa algo, si algo me asusta, si el suelo quema en exceso, y, por supuesto lo respeta y me ayuda, como yo a ella. Cualquier cosa que nos pase, hemos creado una comunicación y un vínculo que nos permite entendernos y respetar cada una de estas situaciones por las dos partes.

A veces escucho a la gente decir que yo llevo a Ana a cualquier sitio, eso no es del todo verdad, yo soy una perra, es Ana quien conoce el camino que debemos realizar y me da indicaciones de dirección, somos u equipo, Ana marca el camino y yo le indico por donde ir para no tropezar y busco los cruces o lo que ella me pida.

A la hora de cruzar un semáforo, yo marco donde está el inicio del paso, pero no soy yo quien decide cuando cruzar, eso corresponde a Ana, cuando el semáforo está en verde para cruzar Ana me dice que avancemos y entonces cruzamos, esa decisión tampoco me corresponde a mi, es responsabilidad humana.

Otra cosa que me sorprende es que a veces los humanos pensáis que los perros-guía sabemos cuando llega el autobús que necesitamos. No es así, yo sé buscar e indicar a Ana donde está la marquesina de la parada del autobús, y por repetición aprendo que cuando llegamos allí, vendrá un autobús y hay que subirse, pero si en una misma parada hay más de una línea que para, será Ana quien decida cuando subimos, ya sé que soy súper lista, pero no me alcanza para leer el número de la línea del autobús, que también Ana haga algo, ¿no? Tengo muchíiisimas cosas que contaros, pero otro día sigo, así será más sencillo e intrigante.

2 respuestas a «Lo que aporta un perro-guía como yo a una persona ciega.»

  1. Me encantais y tenéis mucha suerte de teneros las dos. Ah por cierto Muriel dale un lametón extra a Ana q me han dicho q es su cumple

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